miércoles, 3 de noviembre de 2010

Tu boca es como un conjuro

Que apacigua a las almas perseguidas

Amor, cuando tú no ríes

Todas las lunas son menguantes.


Nuestra memoria ya no tiene años

Ni siquiera las formas colectivas

Han guardado las verdades tan buscadas.


La medida exacta de la creación

Vigilada con la cautela de los sabios

Valorada humildemente desde el silencio

Te llamo como un solo pacto

Y te viste galardonada de una poesía

Casi trascendental,

Casi diluida

Como manchada de puertas celestiales.


La vibración mágica de la vida ,

El fruto de los vientos universales

Ha sido fecundado de tu tímida elocuencia

Eres como un silencio temeroso

Que inunda mi sangre y mis convicciones.


Cuando por las noches converso con la ausencia de mi madre

Recordando sonrisas muy lejanas

Siento que me gustaría tocarte en tu desnudes plena,

En tu búsqueda absoluta.


Y te miro dormida

Contando cada pulso de tu respiración

Siquiera adivinado la huida de tu pensamiento.


Mi prejuicio,

Mi cárcel construida de ladrillos espesos como el mar,

Mi corazón contaminado de eclipses, de ciudades,

Del humo destructivo de las fábricas

Sera liberado y elegido

Sera plantado de semillas eternas como tu

Que me encuentras por todas las vidas y distancias

Por todas las vidas y placeres.


Un corazón mil veces evadido

No ama porque si

No busca porque si

No sonríe sino es liberado

En el secreto ritual de los antiguos cantos.

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